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Flamenco: no sólo un baile

Al principio el flamenco nació como música y poesía, y después llegó a ser también un baile. El lugar donde este sensualísimo baile nació es Andalucía, donde se establecieron los gitanos que huían de Grecia en 1425.

No obstante las leyes contra esta etnía, los gitanos siempre encuentran apoyo entre los estratos sociales más pobres de la población y nunca han renunciado a su vena artística, a pesar de lo que les impusiera la Monarquía espaňola, hasta que llegaron a ser los mejores intérpretes del folclore local. De hecho, aprendieron todos los bailes andaluces y africanos, fundiendo los estilos musicales árabes, suramericanos y judíos como fandango, jaleo, seguidilla, guineo y guaracha con la sensualidad y la tensión dramática características de este baile.

En literatura, los estudiosos han formulado dos hipótesis sobre el flamenco:

  • Es un fenómeno típico de Andalucía que no fue influenciado por otras culturas;
  • Nació gracias a los gitanos que asimilaron la cultura local y la enriquecieron con otras filosofías.

En este caso, una fusión entre estas teorías sería más plausible.

Los gitanos se integraron con el pueblo andaluz, que vivía en condiciones de miseria debido al gobierno de aquella época. Esta condición común hizo que ellos se integraran, aunque el gobierno espaňol fomentaba la discriminación entre la población a través de leyes contra los gitanos.

Su filosofía de vida tiene tres rasgos fundamentales, típicos de los pueblos marginados:

  1. Una fuerte fe religiosa
  2. Alegría de gozar de los pequeňos placeres de la vida como la música, el vino, el cante, el baile, etc.
  3. Una ardiente sensualidad que, en un determinado contexto, puede presentar los matices de lo sacro o lo profano.

Al principio, el flamenco era un fenómeno privado, nacido en los bajos fondos como único desahogo para los marginados. Hasta 1759, los gitanos estaban obligados a vivir en privado su arte porque solamente a partir de esta fecha ya no se perseguirán. De hecho, con el rey Carlos III de Borbón, en Espaňa empezará un proceso de modernización y europeización gracias a la construcción de nuevas academias, escuelas  y a la circulación libre de todos los fenómenos artísticos y culturales. Además, con la Real Pragmática de 1783, Carlos III tentará un proceso de integración “forzosa”, permitiendo a los gitanos expresar el arte de su música y baile.

Por eso no sería suficiente definir el flamenco simplemente como un  baile. El flamenco es dolor, pasión, sensualidad, misterio, deseo, llanto y significa hacer de la vida… una obra de arte.

“Ser flamenco es tener otra carne, alma, pasiones, otra piel, otros instintos, deseos, es tener otra visión del mundo, con el sentido de lo grande, el destino en la conciencia, la música en los nervios, la fiereza independiente, la alegría con lágrimas, y el dolor, la vida y el amor que marcan.

Ser flamenco es odiar la rutina y el método que castran; quiere decir sumergirse en el canto, en el vino y en los besos. Transformar la vida en un arte sutil, caprichosa y libre, sin aceptar las cadenas de la mediocridad, jugarse todo en una apuesta. ¡Gustarse, darse, sentirse, vivir! ¡Esto!”

Tomás Borrás

Un commento su “Flamenco: no sólo un baile

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